Blanca habla con el corazón y les garantizo que le pone la piel de gallina a quiénes la escuchan. Hace un primer esfuerzo por plantear sus ideas, tal cual lo aprendió en las múltiples instancias de presentación de su proyecto algo que -como mona porfiada que se autodenomina- hizo buscando conseguir financiación para hacer crecer su emprendimiento. Sin embargo, conforme transcurre el diálogo, emerge la mujer, la madre, la empresaria, el ser humano que lucha infatigablemente por el auténtico anhelo de soñar y materializar esos sueños. 

 Permítanme la invitación a conocerla a través de esta entrevista. En ella seguramente muchas y muchos de ustedes se sentirán reflejados. Y a otras y otros, nos desafiará a persistir y a creer que no hay más tiempo que esperar para vivir la vida que queremos vivir: