Temuko: La Dictadura de Miguel Becker

A todas y todos, tanto en Temuko, otras comunas de Chile y a nivel internacional, nos ha generado molestia la expulsión de mujeres mapuche del centro de la comuna, negándoles la posibilidad de comercializar sus productos. Como si eso fuera poco, también se ha negado a los cochayuyeros vender el tradicional producto costero, en definitiva, lo que se configura acá es una política de exclusión y represion contra mujeres y hombres mapuche, y un ataque directo a una forma de economía y un pueblo. 

Pero lo anterior, lamentablemente, no tiene nada nuevo. Durante la administración de Miguel Becker estos episodios de represión han sido una constante, antes fueron los vendedores ambulantes, que en su mayoría son mapuche, hoy las hortaliceras y cochayuyeros. A mi gusto, la municipalidad gobierna para un tipo de ciudadano, favorece un tipo de comercio y para esto, el alcalde Becker, ha ocupado la institucionalidad de manera sesgada, anti democrática y patronal, con ese sesgo de colono. 

Junto a lo anterior, la violencia del alcalde de Temuko, comuna que está en el corazón del territorio mapuche, no se justifica. En Temuko co existen dos pueblos, donde la administración de Becker no ha ayudado al entendimiento, cabe recordar también su negativa a izar la bandera mapuche, otro acto de violencia.

Uno se podría preguntar a esta altura si hay comprensión de la realidad de Temuko o se gobierna en funsión del imaginario social del alcalde.

Hoy Temuko tendría que ser ejemplo en la generación de un entendimiento entre pueblos, hoy Temuko debería ser la primera comuna en adaptar el convenio 169 de la OIT, Temuko en definitiva, debería ser ejemplo de plurinacionalidad, esa que se construye desde abajo, en dialogo, con participación vinculante y que seguramente podría ser un camino de salida a la situación que hoy vive el Wallmapu. 

Ya van más de ocho años de Gobierno de Miguel Becker, y más allá de lo mínimo que debe hacer un alcalde -mantener el aseo, Cesfam, escuelas, etc- Temuko bajo su Gobierno, en cuanto a la participación de actores sociales, transparencia, innovación política, entendimiento con el pueblo mapuche, parece más una ciudad del siglo XX que del siglo XXI, es una administración fiel a la producción de relaciones sociales de la derecha, dictatorial, ciega y sin comunidad.